No hay justificación ninguna para discriminar a las personas por su peso, sin embargo por desgracia si somos realistas todos sabemos que en mayor o menor medida ocurre, en especial en épocas difíciles como pueden ser la infancia o la adolescencia.
Un estudio llevado a cabo en Reino Unido (University College London) realizado con cerca de 3.000 adultos y con un seguimiento durante cuatro años ha demostrado que aquellas personas que sufren algún tipo de "discriminación" como consecuencia de su exceso de peso engordan más que quienes no la sufren o no tienen percepción de haberla sufrido.
Los motivos de que esto sucedan son varios:
1).- La discriminación o el sentirse de algún modo discriminado por el exceso de peso genera un estrés que puede aumentar el apetito -en especial de alimentos no saludables y alto contenido calórico- y la ansiedad por comer. Ambas cosas llevarán a padecer más obesidad.
2).- Quienes creen padecer o padecen discriminación por su sobrepeso se sienten menos seguros de sí mismos a la hora de practicar cualquier tipo de actividad física por lo que tienden a evitarlo favoreciendo así una vida sedentaria, que como sabemos es el peor enemigo para un peso y un estilo de vida saludable.
3).-Por otro lado la percepción común respecto a que la persona con obesidad se siente "avergonzada" consigo mism@ y esto ayudará a perder peso no es cierta. Más bien sucede lo contrario, se siente "avergonzada" pero en lugar de motivarle para perder peso hace que aumente su ansiedad y su desesperación por el problema de sobrepeso y esto a su vez puede llevar a comer más y a facilitar la ganancia de más kilos.
Con todo esto llegamos a las siguientes conclusiones:
a).- La sociedad no podemos cambiarla pero sí podemos entre todos tomar conciencia de que la obesidad es una enfermedad y se sea o no obeso hay que tratarla con el respeto y la seriedad con la que trataríamos cualquier otra enfermedad. De otra forma sólo estaremos haciendo un daño -a veces irreparable- en la autoestima de quienes la padecen.
b).- Con respecto a la persona que padece obesidad, nuestra conclusión es que valore el problema no por lo que es externamente y por lo que puede generar en su día a día en la relaciones con los demás y con la sociedad (discriminación, disgustarse por que la apariencia física que se tiene, no encontrar ropa de su talla, etc...) sino por la salud porque eso es lo que realmente es importante.
La obesidad es un enemigo de la salud y por ello es importante pasar por alto el resto de problemas que nos pueda aportar la obesidad y que quizás nos lleven a engordar aún más y centrarnos en la salud.
Solucionando el problema de la obesidad se gana en salud y hoy en día las opciones son muchas para poder poner fin al problema de una forma eficaz.