Los casos de obesidad extrema se han duplicado en los últimos cinco años en España.
Si la obesidad como tal es una enfermedad compleja cuando se llega a límites de obesidad extrema todo se complica más tanto para el paciente como para el equipo médico puesto que llegados a ciertos niveles de obesidad el problema del exceso de peso se convierte en un problema "gordo".
Es obvio que nadie nace con obesidad extrema, ni siquiera con obesidad. Por eso es importante estar alerta y poner solución al problema antes de que sea demasiado tarde. Porque a pesar de que cada persona es un mundo y cada individuo acaba desarrollando obesidad por diferentes motivos o por una combinación de ellos (factores genéticos, culturales, de estilo de vida, psicológicos, etc..) las fases siempre son las mismas:
Primero un sobrepeso (en edad infantil, adolescente o ya de adultos), luego un sobrepeso mayor, después una leve obesidad, luego obesidad y si no se pone freno la obesidad grave y después la extrema son las dos últimas fases de este proceso.
Ni que decir tiene que durante todo el proceso es más que probable que el paciente haya intentado en varias ocasiones perder peso con dietas, ejercicio, fármacos etc.. pero si hasta la fecha ha fallado, es necesario que sea el propio paciente quien se de cuenta de que necesita algo más y de que NO debe desmotivarse y derrumbarse por los malos resultados conseguidos anteriormente sino todo lo contrario, seguir luchando por y para evitar que ese exceso de peso siga acumulándose.
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