Ayer fue el día del padre y por ello nos ha venido a la mente las palabras que hace cosa de un mes y medio pronunció en nuestra consulta un paciente de 56 años que vino a acompañar a su mujer a preguntar sobre la intervención de banda gástrica.
El señor en cuestión no tenia una obesidad generalizada cómo su mujer pero sí tenia obesidad abdominal. Así que yo les hablé a los dos de los riegos de la obesidad dirigiéndome a lo dos, con el ánimo de concienciar e informar sobre la magnitud del problema del sobrepeso.
Hubo un punto en el que el señor tuvo curiosidad y quiso que le hiciésemos un análisis de composición corporal.
El resultado fue que a pesar de no tener un problema de obesidad (estaba en la frontera entre sobrepeso y obesidad) y a pesar de no ser un candidato para cirugía como sí era su mujer,repasando su historial concluimos que era solo cuestión de tiempo que lo acabase siendo y que los efectos del sobrepeso hace tiempo que habían aparecido: diabetes tipo 2 e hipertensión arterial + una intervención de vesícula + episodios puntuales de apnea del sueño. Sin embargo el no atribuía esto al sobrepeso y su mujer tampoco puesto que al estar más obesa que él no consideraba que su marido tuviese sobrepeso.
Llegados a este punto reflexiono y admitió que su hijo de 15 años también tenía unos kilos de más. Es entonces cuando estando en la misma consulta decidió que debía coger las riendas del asunto y aprovechar la intervención de su mujer para instaurar unos mejores hábitos en su vida con la ayuda del balón intragástrico.
Salir en bici con el hijo, cambiar hábitos alimenticios, limitar las horas de sofá, tele y ordenador,......
al cabo de 5 meses, acompañando de nuevo a su mujer para una revisión de banda gástrica ajustable había perdido cerca de 7,5 kilos por sí mismo y su hijo (sin balón pero aprovechando el cambio de hábitos en el hogar) había perdido 3 kilos también, no es mucho, pero sí el inicio.
Sus palabras (como padre fueron) "Desde luego no se si perderé más peso o no pero el haber reflexionado toda la familia sobre el tema y el haber cambiado hábitos de nuestro día a día, nos ha permitido hacer más cosas juntos, comunicarnos más, comer mejor, empezar a sentirnos mejor y unirnos como familia en la lucha contra el sobrepeso una vez hemos tenido claro que no nos está ayudando en nada sino más bien todo lo contrario. Es el mejor regalo que puedo hacerle a mi hijo".