El hacerse adulto no es siempre sinónimo de "aprendizaje y hacer las cosas mejor", al contrario, en algunos ámbitos cuando somos niños actuamos de un modo correcto y luego con el paso de los años vamos cambiando lo correcto por lo incorrecto.
Esto sucede por ejemplo en el caso de los hábitos alimenticios,el modo en que comemos y nos alimentamos cuando somos pequeños.
A continuación 5 ejemplos de comportamiento infantil que bien podríamos aplicar a cualquier tratamiento que tenga como objetivo acabar con una vida sedentaria, con unos malos hábitos alimenticios y en consecuencia con el sobrepeso.
1).- "No pares quieto": ¿Cuántas veces reñimos a los niños para que paren quietos? Son todo energía y movimiento. Tienen ganas de hacer cosas, de no parar y eso es muy pero que muy conveniente que lo apliquemos de adultos (en la medida justa y necesaria obviamente) para mantener un estilo de vida activo. Como decíamos en el artículo anterior de este blog se trata de "declararle la guerra al sofá".
2).-Los niños se autoregulan mejor: La frase "come un poquito más" que tantos adultos se empeñan en decir a sus hijos no siempre está justificada. Los niños regulan mucho mejor que los adultos la sensación de saciedad y cuando dicen "basta" es porque es suficiente. Lo que debemos hacer es volver a ser niños e intentar ser capaces (y si no lo conseguimos por nosotros mismos recurrir a tratamientos como el balón gástrico o la banda gástrica que ayudan a controlar la saciedad) de controlar mejor lo que debemos comer para satisfacer nuestras necesidades y lo que "sobra", es decir lo que se come por comer, no porque tengamos hambre.
3).-Disfruta de lo que comas: Los niños disfrutan cuando comen algo que les gusta. Lo saborean y lo aprovechan al máximo con una enorme cara de felicidad! y lo comen lentamente a pequeños bocaditos como con miedo a que se les acabe. Pues bien, algo parecido deberíamos hacer de adultos pero no siempre es así. Según un estudio cuando comemos y estamos pensando si es bueno o no, si nos conviene o no, nos sentimos culpables y esa culpabilidad no sólo hace que disfrutemos menos de la comida sino que además acabemos por comer más!.
4).-Hay tantas cosas en las que pensar y hacer.... que la comida es algo secundario.
Cuando vas a una fiesta infantil y la mesa está repleta de bocadillos o snacks para los niños, si observas un poco te darás cuenta que están tan ocupados jugando, correteando, divirtiéndose etc.. que no hacen ni caso a la mesa y hasta hay que "obligarles" a sentarse. Pues algo parecido deberíamos hacer de adultos. Divertirnos lo máximo posible y disfrutar con cosas que favorezcan un estilo de vida saludable para conseguir así evitar la tentación de picar entre horas y de "encontrar refugio en la comida" cuando estamos ansiosos o preocupados por algo.
5).-Los niños son exigentes. No todo les vale, quieren esto o aquello pero no todo!, la misma exigencia y capacidad de selección deberíamos aplicar de adultos. Habitualmente tampoco los padres tampoco conceden "caprichos" todos los días. Pues lo mismo deberíamos aplicar a nuestra vida como adultos. Si me doy un capricho que sea algo que realmente me apetezca y no varios caprichos a la vez ni tampoco de forma continuada. Ser conscientes de que "nos lo hemos ganado" y disfrutarlo como el capricho que es, es decir , no convirtiendo ese "capricho" en algo rutinario porque entonces deja de serlo.
En definitiva, si observamos a los niños tenemos mucho que aprender de ellos, por lo que si tienes hijos y no tienen problemas de peso no modifiques sus hábitos porque probablemente lo que viene innato es lo correcto y somos nosotros quienes vamos modificando poco a poco esos hábitos transformándolos en malos hábitos, de hecho la mayoría de personas con sobrepeso eran niños (en edad temprana) delgados así que algo ha pasado por el camino hacia la vida adulta .....
Fuente: Este artículo se basa en este otro artículo publicado en Cooking Light:
http://simmerandboil.cookinglight.com/2011/09/19/5-healthy-habits-we-can-learn-from-kids/